Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas. Salmos 147:3
Sabía que ya era perdonada. Lo guardé como un secreto en lo más profundo de mi corazón, pero no podía seguir adelante porque todavía estaba ahí. ¡Lo que necesitaba era CIERRE!
Le di a mi hija la identidad que sólo Dios conocía.
Si tuviste un aborto y pensastes: “Soy perdonada. No hablaré de eso. Simplemente seguiré adelante”. Pero te diste cuenta de que no puedes seguir adelante porque todavía está ahí. ¡Hoy te ofrezco un lugar seguro para hablar sobre un proceso donde encontraras cierre!
QUIEN ERA MI HIJA?
Genesis 25:22
Pero los dos niños luchaban entre sí dentro de su vientre. Así que ella consultó al Señor:
—¿Por qué me pasa esto?—preguntó.
Lucas 1:41-44
Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre y Elisabet se llenó del Espíritu Santo.
Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María:
—Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito. ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre.
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El propósito de existencia del niño, su identidad, su llamado, la razón por la que Dios lo creó, ya está viva, real y activa dentro del útero porque su personalidad ya ha sido establecida desde el momento de la concepción.