Sanidad

Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste. Salmo 30:2

El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. Salmos 103:3

Con el poder de su palabra los sanó, y los libró de caer en el sepulcro. Salmos 107:20

El Señor reanima a los descorazonados, y sana sus heridas. Salmos 147:3

No voy a morir. Más bien, voy a vivir para dar a conocer las obras del Señor. Salmos 118:17

Hijo mío, presta atención a mis palabras; Inclina tu oído para escuchar mis razones. No las pierdas de vista; guárdalas en lo más profundo de tu corazón. Ellas son vida para quienes las hallan; son la medicina para todo su cuerpo. Proverbios 4:20-22

Si actúas así, entonces tu luz brillará como el alba, y muy pronto tus heridas sanarán; la justicia será tu vanguardia, y la gloria del Señor será tu retaguardia. Isaias 58:8

¡Sáname, Señor, y recobraré la salud! ¡Sálvame, y quedaré a salvo! ¡Tú eres la razón de mi alabanza! Jeremías 17:14

Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al madero, para que nosotros, muertos ya al pecado, vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes sanados. 1 Pedro 2:24

Amado, deseo que seas prosperado en todo, y que tengas salud, a la vez que tu alma prospera. 3 Juan 2

Pero me servirán a mí, el Señor su Dios, y yo bendeciré tu pan y tus aguas, y quitaré de en medio de ti toda enfermedad. Éxodo 23:25